martes, 7 de agosto de 2018

EUROVISIÓN 1965

Y salió del bar con su voz clavada en el cerebro, no sabía qué decía, pero entre los comentarios salaces de los del pueblo sobre aquella cosa que harían si la tuvieran cerca, pudo oír extrañas entonacionaciones que apenas tenían nada que ver con ese otro extraño idioma que hablaba el cura en las misas y que, en otro aspecto, también le desataba la curiosidad. Lo que decía la chica era diferente, su boca era diferente, las bocas que conocía bebían vino y eructaban, insultaban y escupían, esta boca no podía hacer esas cosas, esta boca sólo podía besar y soplar velas para dejar la habitación a oscuras para besar. Sí sólo soplar velas y besar. Con su voz y su boca caminó hasta la puerta de su casa y pensó que a él también le gustaría hacer esas cosas que decían los del bar que harían, pero que quizá le pediría que le cantara como lo había hecho esta noche, en el festival de Eurovisión. Mientras entraba en casa, un gato se precipitó al interior y escuchó la burra rebuznar en la cuadra y se preguntó qué significaría "pupé de cir" Por la mañana pensó que si Dios existía podrían pasar dos cosas: que hicieran un festival de Eurovisión en el pueblo para conocerla o bien, irse del pueblo. Sí, esto es más fácil, irse del pueblo.

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